El heavy metal llegó a Euskal Herria a finales de los años 70 procedente de Europa y Estados Unidos. Se dice que Jimmy Hendrix, Led Zeppelin, Deep Purple y Black Sabbath fueron quienes lo definieron, desarrollaron y difundieron. En nuestra tierra el grupo Ángeles del Infierno (Lasarte, 1978) fue la primera banda de heavy metal. En aquella época el rock duro cantado en castellano hizo su hueco en España. Los guipuzcoanos tuvieron repercusión junto con Barón Rojo y Obús.
En diferentes zonas de Euskal Herria emergieron varios grupos; en Araba Osiris (Gasteiz, 1979), U.T.M. (Gasteiz, 1982), Rock D.A.M. (Gasteiz, 1986) y BO2 (Gasteiz, 1986); en Bizkaia Éxodo (Sestao, 1982), Talión (Erandio, 1983) y Sabotaje (Bilbo, 1984); en Gipuzkoa Averno (Donostia, 1982), Leize (Zestoa, 1982), Thor (Donostia, 1983), Caid Deceit (Irun, 1984) y Shock (Donostia, 1984); y en Nafarroa Sparto (Iruñea, 1985), Mergus (Iruñea, 1985) y Mephisto (Iruñea, 1986). Todas esas bandas compartieron características parecidas. Lo suyo era un heavy metal o hard rock cantado en castellano, y las letras eran sobre temas sociales. Tampoco se puede olvidar a Killers (Bardoze, 1982) en Ipar Euskal Herria –País Vasco Francés–, junto con los grupos Titan y Pacemaker. La mayoría de su repertorio es en francés, pero Killers tiene varias canciones en euskera.
En los 80, al contrario de lo que ocurrió con el Rock Radical Vasco (RVV), al heavy metal le costó tener seguidores en nuestra tierra. Los enfrentamientos entre punks y heavys eran habituales, al igual que los prejuicios a ambos movimientos. El heavy estaba mal visto. Aún así, a finales de la década un grupo llamado Su Ta Gar (Eibar, 1987) le dio una nueva identidad al heavy metal. Ese cuarteto demostró que también se podía cantar en euskera.
Poco a poco los prejuicios de la gente fueron desapareciendo y el estilo tuvo buena acogida. Los de Eibar enseguida demostraron con sus canciones que eran seguidores de Judas Priest, Iron Maiden, Accept y Metallica, entre otros. Lo suyo era heavy, speed y thrash metal clásico. Sin embargo, las letras eran políticas, sociales y sobre la mitología vasca. En los 80 también se crearon los primeros grupos de thrash metal y thrashcore/crossover: Estigia (Zarautz, 1985), Soziedad Alkoholika (Gasteiz, 1988) y Anestesia (Zarautz, 1988). Los primeros tuvieron un recorrido corto pero intenso; y años después volvieron evolucionados. Los otros dos llevan una trayectoria con diferente ritmo.
A mediados de los 90 el heavy metal cantando en euskera tuvo su primera época dorada. Junto con Su Ta Gar, aparecieron Ehun Kilo (Elgoibar, 1991) y Latzen (Oñati, 1993). Merecen especial mención las maketas y primeros discos de ambas bandas. Un poco antes, Urtz (Pasaia, 1988) tuvo un inicio heavy –la maketa y primeros dos discos–, que posteriormente cambió radicalmente. En Bizkaia, el primer grupo heavy euskaldun fue Kartzarot (Lezama, 1989).
A partir de la mitad de la década tres bandas conformaron la segunda época dorada del heavy metal euskaldun: Idi Bihotz (Bilbo, 1996), Asgarth (Donostia, 1997) e Hira (Oiartzun, 1998). Gracias a la radio Euskadi Gaztea el heavy metal se puso de moda entre los jóvenes de Euskal Herria. Asgarth e Hira ganaron el premio del oyente en el concurso de maketas de la citada radio. Noraezean (Bilbo, 1996) también se hizo con el mismo galardón, pero no tuvo la misma repercusión. Algo parecido les pasó a las siguientes bandas: Luther (Eibar, 1993), Hiru Beltz (Bilbo, 1995) –son conocidos por su versión heavy de Dragoi Bola–, Azken Garrasia (Donostia, 1998) y Segabathor (Azpeitia, 1998).
Los grupos citados siguieron la estela marcada por Su Ta Gar, pero con otros referentes internacionales. Es bastante evidente la influencia del heavy/power metal europeo –sobretodo el alemán y el escandinavo–. Por esa misma senda aparecieron las primeras bandas de power metal: Beforce (Bilbo, 1996), Eternal Night (Arrasate, 1997) y Dragon Lord (Iruñea, 1998). Por otro lado, aunque el rock progresivo tuvo varios creadores y seguidores en Euskal Herria –Errobi es una banda referente–, con el metal progresivo no ocurrió lo mismo. Aún así, el grupo Preach (Bilbo, 1995) fue el pionero y, años más tarde, aparecieron otras bandas como Dark Fantasy (Bilbo, 2006).
También en los 90 surgieron de la oscuridad las bandas más extremas –death metal, black metal, doom metal, gothic metal, ...–. Entre ellos destacan los pioneros Phthisis (Bilbo, 1989), Desecrate (Errenteria, 1991), Elbereth (Barakaldo, 1992), Psychophony (Ondarroa, 1993), Dormanth (Bilbo, 1993), Ominous (Arrasate, 1994), Suffering Down (Loiu, 1995), In Thousand Lakes (Bilbo, 1996) y Melancholic Demise (Donostia, 1998). En el lado más extremo aparecieron dos bandas de brutal death metal: Impure (Bilbo, 1994) y Cerebral Effusion (Ermua, 1997).
El black metal euskaldun ha tenido varios referentes desde el principio. Ominous fueron los primeros en crear un tema en euskera, y cogieron el mismo camino los siguientes: Aiumeen Basoa (Mutriku, 1994), Adhur (Donostia, 1995), Ilbeltz (Donostia, 1995) y Numen (Arrasate, 1997). Desde el principio su propuesta era una mezcla de black metal, folk y mitología vasca. No se puede dejar sin señalar la escuela de Amurrio: Dark Faith (1998), Nakkiga (1999), Mortinatum (2001) y Sentimen Beltza (2004). Por otra parte, aquella época el thrash metal no tuvo muchos representantes, pero cabe mencionar a The Trasten Traste (Bilbo, 1991) y los reconocidos Legen Beltza (Azpeitia 1998).
Los sonidos extremos mezclados con otras tendencias musicales tuvieron buena acogida en nuestra tierra. Desde finales de los 80 el cuarteto Anestesia unió sus dos vertientes; thrash y hardcore. Otras bandas se animaron con la misma fórmula: Beer Mosh (Bilbo, 1990) y Storbais (Ermua, 1992). El caso de Etsaiak (Lekeitio, 1987) es un poco diferente. Siendo una banda punk, añadieron la esencia del metal a su propuesta de hardcore directo. Por otro lado, Flitter (Lizarra, 1990) mezcló funk, rock y metal.
La evolución del thrash metal tuvo varios seguidores. Brutal Melody (Arrasate, 1994) fue el primer grupo de groove metal en euskera. Los traviesos Koma (Iruñea, 1995) fueron los pioneros en castellano, junto con Anarko (Bilbo, 1996). Partiendo del thrash crudo, Eraso! (Zarautz, 1996) se pasó al groove aunque, finalmente, han evolucionado a un rock/metal emocional. Por su parte, la segunda banda metalera referente de Ipar Euskal Herria, unió death metal, groove metal y progresivo. En sus principios se llamaron Godzilla, pero se han hecho mundialmente conocidos como Gojira (Baiona, 1996). Hoy en día es nuestra banda más internacional. Partiendo del thrash metal llegaron al metal industrial Brigada Slam (Zarautz, 1993), y unos años más tarde Kudai (Donostia, 2002).
El metal moderno también tuvo su influencia en Euskal Herria. Por ejemplo, a mediados de los 90 estalló el fenómeno americano del nu metal. Faith No More, Korn y Limp Bizkit, entre otros, fueron los precursores de esa corriente musical. Experimentación, grunge, rap, electrónica y otras tendencias alternativas se fusionaron con el metal. Los pioneros del metal alternativo en euskera fueron Pi.L.T (Mungia, 1992), Ekon (Arrasate, 1994), OST (Bermeo, 1995) y Jousilouli (Lezo, 1995). Los navarros Berri Txarrak (Lekunberri, 1994) merecen ser citados en este apartado. Aunque sus inicios fueron heavys, con el segundo disco se pasaron al metal moderno. Después mantuvieron la esencia del rock duro, pero se centraron más en el ámbito del rock, hardcore y pop hasta que hace poco se despidieron. Unos años más tarde, Euskadi Gaztea impulsó el metal moderno con la aparición de Muted (Abadiño, 2003). La repercusión fue más discreta de lo que pareció. También se pueden citar los grupos Pog Mo Thon, Kauta e Ikus.
En la última década se ha convertido en tendencia la unión del metal y hardcore más salvaje. En Euskal Herria los pioneros fueron Biok (Galdakao, 1999), Dead Means Nothing (Irurtzun, 2003) y Dawn of the Maya (Iruñea, 2006). Sin embargo, la primera banda de metalcore en euskera fue Akatu (Iruñea, 2004). Por último, hay que destacar a dos bandas que firmaron contrato con dos discográficas internacionales. Por un lado, tenemos a Diabulus in Musica (Iruñea, 2006), precursores del metal sinfónico en nuestra tierra. Nacieron de las cenizas de Dragon Lord y con el primer disco consiguieron dar el salto al mundo exterior. Hoy en día siguen por el mismo camino. Por otro lado, la banda melodeath Rise To Fall (Sopela, 2006) hizo su propia aportación, y poco a poco están conociendo mundo gracias a la buena acogida que tienen en el extranjero.
Tras repasar a las bandas pioneras que han surgido y desaparecido todos estos años, conviene remarcar que la discografía metalera de Euskal Herria la conforman muchas más bandas.
Texto: Inaxio Esnaola Aranzadi.